Limpio poncho jalo

Limpio poncho jalo. Mi cuarto se impregna del olor de los recuerdos. Una sola bocanada me atrapa en una nube o en un campo sembrado.
9:59 pm. Acabo de colgar contigo y ahora mismo enciendo lo que antes interrumpiste, fuego falso que poco quema dentro de la garganta.
Estoy escuchando a Tom York y aún escucho tu voz. Ahora me fumo un Camel, primero el revelador y después el fijador; me fumo todo por adentro intentando extinguir no sé qué cosas. Ahora me fumo casi las uñas.
Mi habitación es agradable a oscuras y hacia donde mire me encuentro solo. Vacío y colmado de ti hasta las tripas hasta las manitas.
Buenas noches y abro mi cuaderno. Comienzo a soplar palabras como si fueran velitas. Abro la llave del agua y dejo que todo dentro de mí se desperdicie; afuera llueve y me dan ganas de salir a mojarme.
Afuera estaría solo y mojado, entre tus sábanas también estaría solo y mojado. Lo cierto es que estoy sentado en medio de mi cama abrazando mis rodillas y no puedo respirar aire puro. Si me dejo llevar los resortes viejos me balancean de un lado a otro, en un leve ir e venir observo que no puedo sostenerme de nada mas que de mis propias rodillas con toda mi fuerza.
Conecto enciendo escribo. Dejo que las palabras salgan así como vienen, así como mi voz más interna me las quiera susurrar, a veces d e l e t r e a r. Siento como el barco parte mar adentro o hacia la nada tratando de buscar un banco o todo. Siento como estás siempre cerca y siempre lejos y no estás. La sangre y la cabeza nunca se llenan, sigo jale y jale y por la garganta recuerdo como raspas, acaricias. Respiro sostengo libero.