PARA escuchar al ser más interno

Cierras los ojos guardas silencio. Ahora te concentras en lo que escuchas dentro de ti no son voces; es tu voz que no es sonido, es conciencia y es atención interna.

PARA escuchar al ser más interno.

Ahora te pica arriba de la pestaña derecha o te atormenta la espalda. Llevas como 6 minutos ahí sentado y sólo has conseguido acaso poca tranquilidad. Eres una personita que se distrae fácilmente, te rondan fantasmas chocarreros y pareces lombriz dentro de tu propia cola. Dentro de tu oscuridad alcanzas a ver colores brillantes y bellas formas caleidoscópicas; sólo acaso por fugaces instantes. Ahora te tiembla el párpado y observas que no está relajado, abres un poco, la luz entra junto con los motores de la calle y tu reflejo que no se ha movido ni por un momento. Mueves los dedos de tus manos que yacen sobre tus piernas, abres los ojos nunca te fuiste.